viernes, 7 de octubre de 2011

Cielos abiertos o cielos encapotados…


Una de las cosas más sanas que puede tener la industria es la competencia.


Alguien preguntará ¿Por qué?  Porque esto incrementa el número de posibilidades al usuario final, aumenta la competencia lo cual se refleja en un mejor servicio y costos más bajos y esto termina finalmente por hacer una industria más dinámica y una economía más sana.


La competencia, por donde quiera que sea vista, se traduce en mejoras en el sector  y no solamente para los usuarios, también genera fuentes de empleo y también beneficia a los sectores productivos ligados a esta actividad.


El gobierno federal, a través del secretario de Comunicaciones y Transportes, Dionisio Pérez-Jácome, aclaro que no habrá actividad de cabotaje o quintas libertades para las aerolíneas extranjeras, pues el objetivo solamente es establecer mayor conectividad aérea con el exterior.


Con cabotaje se refiere a que las que aerolíneas extranjeras puedan realizar vuelos entre dos puntos de México y la quinta libertad se refiere a que la línea aérea viaje desde otro país a México y realicen servicios internos.


El presidente Felipe Calderón propuso abrir los cielos para permitir la entrada de más empresas extranjeras a los destinos turísticos mexicanos y de inmediato Pérez-Jácome salió a “aclarar” el punto del gobierno federal con el tan clásico sketche de “Lo que el presidente quiso decir…” que nos han contado tantas veces y que ya no es divertido.


Si los cielos se abren para más empresas aéreas y esto conlleva un mejor servicio, mejores tarifas, más empleos y una mayor oferta, no entendemos porque el gobierno se opone a que las aerolíneas extranjeras realicen servicios de cabotaje o quintas libertades.


¿Sera acaso que algunos actores políticos tienen intereses muy particulares en los servicios aéreos? que no tienen que ver con el bien del pueblo.  

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