martes, 11 de octubre de 2011

Noventa latigazos y cárcel: el precio de ser actriz en Irán


“La película tiene una directora y un productor. ¿Por qué no los castigan a ellos? ¿Por qué solo retienen a mi esposa?”. Esta queja salía de la boca del director de cine iraní Nasser Tagh-vai tras conocer la detención de su mujer, la actriz Marzieh Vafamehr. Tres meses más tarde su pregunta sigue sin respuesta, pero el castigo de su esposa ya ha sido dictaminado por el juez: 90 latigazos y un año de prisión. El crimen: actuar en Teherane man haray (Mi Teherán a subasta), de Granaz Moussavi, una película que explora los límites de la libertad de expresión en Irán. Su abogado apelará la sentencia.


Vafamehr es la única condenada por el largometraje, que narra las dificultades de una artista teatral iraní que se ve obligada a vivir en la clandestinidad para poder expresar su obra. La actriz aparece en varias ocasiones con la cabeza afeitada y sin pañuelo islámico en la película, que tiene de fondo la opresión cultural que sufre la sociedad iraní y algunos tabúes como el consumo de drogas. El filme, de 60 minutos, fue producido hace cuatro años por Granaz Moussavi, una ciudadana iraní residente en Australia como parte de sus tesis doctoral. En ella participaron estudiantes y actores, con el permiso del Ministerio de Cultura y Orientación Islámica. A pesar de estar prohibida su proyección en el país, ganó numerosos premios internacionales y llegó a presentarse en el Festival Internacional de Cine de Las Palmas de 2010, al igual que en el certamen de Toronto en 2009.


http://www.elpais.com/articulo/cultura/Noventa/latigazos/carcel/precio/ser/actriz/Iran/elpepicul/20111011elpepicul_5/Tes

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